¿Cómo funciona el sistema sanitario español?

El sistema sanitario español es uno de los más valorados del mundo. De la lista de los 200 mejores hospitales del mundo en 2021 realizada por Newsweek en colaboración con Statista, Inc. 11 son de España. ¿Qué hace que el sistema sanitario español funcione muy bien y en qué se diferencia de los sistemas sanitarios de otros países?

Principios del sistema sanitario español

El hecho de que el Estado se convierta en el garante del derecho a la salud es una de las características más fundamentales del sistema sanitario español. En consecuencia, el Estado se encarga de la financiación y la supervisión del sistema.

Por su parte, el Sistema Nacional de Salud español considera que la atención es universal. Todos los ciudadanos tienen derecho a la asistencia sanitaria. Por ello, no hay que tener en cuenta ni la condición de seguridad social del usuario ni su capacidad económica. La cobertura pública es excelente, pero la privada también lo es, ya que los inversores están obligados a contratar un seguro médico privado.

La desconcentración y la accesibilidad son importantes. Se utiliza un método de regionalización sanitaria para gestionar el sistema. De este modo se intenta acercar la prestación de servicios a los ciudadanos. Además, de esta manera se descongestiona la atención en las áreas metropolitanas. Aspira a que la gestión de los recursos sanitarios sea más democrática y participativa. La atención primaria es la base de la asistencia sanitaria, así como la participación de la comunidad. Los ciudadanos en España tienen derecho a participar en la planificación y gestión del sistema sanitario.

Sistemas sanitarios en otros países

En términos de tecnología y formación profesional, el sistema sanitario de Estados Unidos está entre los mejores del mundo. Incluso en rincones lejanos y aislados de Estados Unidos se pueden localizar clínicas y hospitales. La mayoría de estos hospitales son privados, aunque están financiados por los gobiernos municipales y estatales.

En 2013, se proyectó que el coste medio de la atención sanitaria en Estados Unidos era de 8.000 dólares per cápita. Luxemburgo gastaba entonces 4.000 dólares per cápita, mientras que el Reino Unido, que la OMS considera que tiene el mejor sistema del mundo, sólo destinaba 3.600 dólares per cápita. Por su parte, Estados Unidos dedica el 16% de su PIB a la salud en 2017.

Sin embargo, a pesar del elevado gasto sanitario, los resultados de Estados Unidos están por detrás de los de la mayoría de los países industrializados. Estados Unidos, por ejemplo, ocupa el puesto 34 del mundo en cuanto a mortalidad infantil, muy por detrás de todos los países industrializados e incluso de varios en desarrollo.

El sistema sanitario estadounidense, como el de la mayoría de las naciones, es una mezcla de seguros públicos y privados. Sin embargo, el dominio del sector privado sobre el público, así como la ausencia de una asistencia sanitaria universal, lo diferencian de los demás.

Se podría creer que el sistema sanitario de un país rico, que además se autodenomina socialista, es público, universal y gratuito. Sin embargo, este tampoco es el caso de China. No existe una sanidad pública universal en China. Los hospitales, en contra de la creencia popular, han creado copagos en todo el país.

Las formas de cobertura médica disponibles en China en estos momentos son los seguros de indemnización de los trabajadores, que suelen pagar las empresas contratantes de las zonas metropolitanas, los seguros para los habitantes de las ciudades, que paga el gobierno y protegen a los individuos que no trabajan, y los nuevos seguros cooperativos para las comunidades rurales.

Los dos primeros abarcan a más de 300 millones de personas cada uno, mientras que el tercero cubre a casi 800 millones de personas. En conjunto, China asegura que el 95% de sus 1.400 millones de habitantes tiene acceso a la asistencia sanitaria básica. Según la Asociación Médica de China, el país cuenta con más de 4,5 millones de médicos y enfermeras, aunque la proporción de médicos por paciente sigue siendo baja.

Sin embargo, el hecho de que la asistencia esté ampliamente disponible no implica que sea gratuita. Los pacientes se ven obligados a pagar más del 30% de los gastos médicos de media, muy por encima del umbral del 20% sugerido por la Organización Mundial de la Salud. Además, los costes del tratamiento de los trastornos fuera de la atención primaria son exorbitantes, y una gran parte de la población no puede pagarlos.

Los gastos de algunos medicamentos, como los utilizados para tratar el cáncer, son muy desorbitados. Tanto es así que la tasa de supervivencia de la enfermedad en algunos sectores rurales de la nación es sólo de un 30%.

Además, en China existen seguros y hospitales privados, en los que las tarifas para el paciente son onerosas y sólo accesibles para unos pocos elegidos. A pesar de ello, muchas personas se sienten atraídas por este tipo de cobertura debido a la mala calidad de varios servicios gubernamentales.

El modelo de sistema sanitario español

El sistema sanitario español no es tan sencillo como la sanidad pública o privada, pero tiene sus defectos. Los hospitales de titularidad pública con gestión pública están en un extremo del espectro, mientras que los hospitales de titularidad privada con administración puramente privada están en el otro. Sin embargo, hay muchos modelos intermedios.

Hay hospitales públicos 100% que son aquellos en los que la propiedad pertenece a la caja de la Seguridad Social y se maneja con recursos públicos, y hay hospitales privados que son empresas privadas. Hay excepciones, con modelos híbridos, como los hospitales de propiedad pública pero de gestión privada. Cabe destacar que muchos de los médicos del sector público también trabajan en el sector privado.